¿El cuidado que das a los demás por encima del tuyo propio está enmascarando tu sufrimiento?

Jenny creció con una madre narcisista que incesantemente exigía atención y quería que todo se hiciera a su manera. Ella se enfurecía cuando su marido o sus hijos no hacían lo que ella quería o cuando no le prestaban suficiente atención. Jenny, al no querer ser como su madre, aprendió pronto a ser "amable" y a aceptar las cosas, en lugar de expresarse. Ella decidió que la única manera de no ser exigente como su madre era siempre trabajar sola en el conflicto, sin expresarle nunca sus sentimientos a nadie. Para hacer esto, ella tenía que negar el dolor o el sufrimiento que sentía cuando otros no actuaban amorosamente hacia ella.

La trataban de la misma manera en que se trataba a sí misma...

Una de las cosas que su novio y sus amigos hacían a menudo era cambiar los planes a último minuto. Al no querer ser exigente como su madre o no estar disponible como su padre, y queriendo ser responsable de sus propios sentimientos, Jenny reprimía su sufrimiento y seguía adelante con lo que los demás querían. Jenny también creía que, como era una persona fuerte, ella podía "soportarlo", por lo que estaba bien dejarse de lado por los demás.

Creía que asumir la responsabilidad de sus sentimientos significaba que ella debería trabajar en sus sentimientos dentro de sí misma. Como resultado, ni su novio ni sus amigos sabían cuándo sus comportamientos le hacían mal a ella.

El llamado de atención para Jenny…

Finalmente, frente a que su novio terminara la relación y que sus amigos constantemente cancelaran sus encuentros, tuvo que enfrentar lo que había estado encubriendo: sus sentimientos dolorosos de sufrimiento y de desamor que nunca había enfrentado.

Cuando era niña, no era lo suficientemente grande o fuerte para permitirse sentir el dolor del narcisismo de su madre o la distancia de su padre. De niños, somos demasiado pequeños para manejar los grandes sentimientos existenciales de dolor, sufrimiento, impotencia, pena y soledad, así que aprendemos a evitar estos sentimientos con nuestras diversas adicciones. Jenny había aprendido a disociarse de estos sentimientos con la comida, las actividades y el cuidado de los demás por encima del suyo propio.

Después, el dolor herido de su soledad era tan grande que ya no podía evitarlo con sus adicciones. El dolor que estaba sintiendo como resultado de tratar de evitar el dolor proveniente de la angustia y de la soledad la estaba superando.

Aprendiendo a amarse a sí misma…

A través de su práctica de la Conexión Interior, Jenny dejó de cubrir su dolor existencial con el comportamiento controlador de su Yo Herido (la docilidad, los juicios, la comida y el cuidado de los demás por encima del suyo propio). Al soltar el querer controlar a los demás y sus propios sentimientos, fue capaz de aceptar profundamente sus sentimientos de dolor y sufrimiento. Lloró mucho mientras contenía amorosamente a su Niña Interior que tenía el corazón roto.

Finalmente, Jenny vio que cuidar a  los demás por encima de sí misma era la forma que había aprendido de niña para protegerse contra el dolor base de la conducta poco amorosa de los demás hacia ella. Ella vio que toda su vida había estado tratando de controlar el conseguir amor y el evitar el dolor del rechazo (y de la angustia y el sufrimiento resultantes). Pero en lugar de evitar el dolor, ella terminó teniendo aún más dolor por la soledad, la ansiedad y la depresión que resultan del autoabandono.

A medida que Jenny se hizo más consciente de sus sentimientos más profundos y dolorosos, se sorprendió al ver cuán a menudo sus amigos se comportaban de manera indiferente hacia ella. Al aprender a cuidarse amorosamente en lugar de dejarse de lado, ella empezó a expresarse cuando sentía dolor.

Sus amigos, quienes realmente sí se preocupaban por ella, empezaron a tratarla con mucho más cariño y respeto. Previamente, ellos habían estado reflejando la falta de respeto con la que se trataba a sí misma, así que en tanto ella aprendió a dejar de renunciar a sí misma y a cuidarse, sus amigos eran más cariñosos hacia ella también.

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