¿Qué es un límite?

A menudo, mis clientes me explican cómo establecen un límite. Me dicen algo como lo siguiente:

• "Puse un límite. Le dije que tenía que dejar de menospreciarme en público".

• "Puse un límite. Le dije que tenía que llegar a tiempo de ahora en adelante"

• "Puse un límite. Le dije que tenía que dejar de criticarme".

Esto NO es un límite. Un límite no es decirle a otra persona qué hacer. Se trata de decirle a otra persona lo que TÚ harás frente a la conducta de la otra persona que no cambia y que es poco amable o indeseable. Si bien es difícil aceptarlo para la mayoría de la gente, no podemos controlar el comportamiento de otras personas. Lo que sí podemos controlar es nuestra propia respuesta ante el comportamiento de los demás.

Un límite es expresar tu verdad y tomar acción al respecto. Por ejemplo:
 

• "Ya no estoy dispuesto a estar contigo en público cuando me criticas. La próxima vez que lo hagas, les anunciaré a todos que no estoy dispuesto a que me menosprecies. Después me iré a casa en el carro o en un taxi".
•  "Ya no estoy dispuesto a llegar tarde a los eventos por tu retraso. La próxima vez que llegues tarde, me iré sin ti. Si sigues llegando tarde, nos iremos en autos aparte".
•  "Tus críticas constantes me parecen horribles. De ahora en adelante, cuando me critiques, te diré que se siente horrible y me iré de la habitación".

Entonces, por supuesto, tienes que tomar la acción que has dicho que tomarías. Si no lo haces, entonces lo que has dicho es una manipulación, en lugar de una verdad. Un límite no significa nada hasta que estés dispuesto a tomar la acción.

Se trata de tu Intención.

La parte difícil de esto tiene que ver con tu Intención. Si tu intención es controlar a la otra persona en lugar de cuidar amorosamente de ti mismo, entonces tu declaración y acción es solo otra forma de control. Si tu deseo es tomar responsabilidad por ti mismo, entonces tu tono de voz será calmado y simplemente le harás saber a la otra persona lo que estás haciendo o lo que harás. Si tu deseo es controlar a la otra persona, entonces tu tono de voz será de enojo, de culpa y de juicio y tu energía será pesada y cerrada.

No podemos ocultar nuestra Intención; siempre se notará a través de nuestra energía y de nuestro tono de voz. Sin importar cuánto trates de ocultar la intención de controlar, la otra persona siempre se dará cuenta y probablemente reaccionará con su propio comportamiento controlador.

Estás actuando desde un lugar de poder personal cuando tu Intención es cuidar amorosamente de ti mismo, en lugar de controlar al otro. Puesto que prácticamente tú no puedes controlar a otros, tratar de hacerlo te dejará sintiéndote frustrado e impotente.

Tomar la acción amorosa

La parte desafiante de esto es tomar la acción amorosa en tu propio nombre. Con el fin de cuidarte amorosamente, necesitas estar dispuesto a soltar el resultado con respecto a cómo la otra persona se sentirá y se comportará. Si estás enfocado en controlar cómo se sentirá la otra persona frente a tus acciones, entonces no serás capaz de tomar la acción amorosa. Si tu enfoque está en la otra persona, como por ejemplo: "se sentirá dolido y enojado si me voy de la fiesta" o "ella estará furiosa conmigo si me voy sin ella" o "se sentirá rechazado y me dirá que estoy huyendo del conflicto si salgo de la habitación cuando está siendo crítico", entonces serás incapaz de tomar la acción amorosa.

Solo si estás teniendo compasión contigo mismo, serás capaz de actuar en tu propio nombre. La compasión por uno mismo significa estar 100% dispuesto a asumir la responsabilidad por sus propios sentimientos, en lugar de tratar de conseguir que alguien más lo haga o de controlar los sentimientos o las acciones de otro. Esto significa que estarás dispuesto a que la otra persona se moleste contigo, en lugar de continuar permitiendo que te traten de manera poco amable.

La gente tiende a reflejar cómo nos tratamos a nosotros mismos. Si toleras un trato cruel, estás dejando saber a otros que está bien tratarte mal. Al aprender a cuidar amorosamente de ti mismo frente al comportamiento poco amable de otros a través de la práctica de la Conexión Interior, encontrarás que, por lo general, otros te respetarán y te tratarán bien.