Cuatro pasos para bajar la carga emocional

Es muy común que sea la carga emocional de nuestros sentimientos la que  nos detiene para asumir la responsabilidad por nuestros sentimientos, para atenderlos, y sobre todo es la que nos impide poder escuchar  y recibir toda la valiosísima información que estos tienen para nosotros. Cuando lo que estamos sintiendo tiene una carga emocional muy fuerte, nos sentimos muy asustados y esto nos agobia mucho y por eso nos da mucho miedo tocar el sentimiento, porque pensamos y creemos que no vamos a poder manejar esa carga emocional tan fuerte y que por lo tanto nos va a dañar de alguna manera. Esto fue verdad cuando éramos niños  ya que sí era un hecho real que nuestros cuerpos pequeños no podían soportar ni manejar esa energía tan fuerte, pero eso que en nuestro pasado fue verdad ahora en el presente ya es una falsa creencia, ya que no hemos actualizado esos pensamientos de acuerdo a los recursos con los que hoy de adultos contamos. Es por eso que aun ahora en el presente nos sigue dando mucho miedo tocar nuestros sentimientos, pero la verdad es que ahora de adultos sí podemos soportar y manejar las cargas emocionales fuertes ya que contamos con toda la ayuda de lo superior para hacerlo.

El simple hecho de querer y estar dispuesto a aprender cómo manejar estas cargas abre inmediatamente nuestro corazón para accesar y conectar con lo superior recibiendo así toda la ayuda que necesitamos para manejar transformar y disolver estas cargas energéticas, y la práctica de esto es lo que nos va a ayudar a ir perdiendo cada vez más y más el miedo a tocar y atender a nuestros sentimientos para poder así escuchar toda la información que tienen para nosotros, logrando también descubrir nuestras necesidades y las formas para poder aprender cómo satisfacerlas.

Los siguientes son 4 pasos que te pueden ayudar a bajar la carga emocional de tus sentimientos:

1. En el momento en el que sientas cualquier incomodidad, tensión o cualquier malestar, acomódate ya sea sentado o parado pero con los pies bien apoyados en el suelo. Después toma unas tres respiraciones profundas imaginándote que inhalas luz y que exhalas luz, al inhalar siente o imagina como esta luz no solamente entra por tu nariz sino que también está entrando por tu coronilla y siente e imagina como recorre tu cabeza, cara, cuello, hombros, espalda y pecho; siente como llena tus pulmones, expande tu abdomen bajo y después baja por tu sacro o cóccix, piernas, hasta llegar a tus pies, y siente o imagina como esta luz sale por tus pies hacia el centro de la tierra. Una vez que haces esto, sigue tomando conciencia de tu respiración y sin que las respiraciones sigan siendo profundas pero sí procurando meter el aire hasta tu abdomen,  empieza a darte durante unos 20 segundos con las yemas de tus dedos unos golpecitos muy suaves, gentiles y con mucho amor en el área de tu esternón.

2. Ahora como segundo paso, es importantísimo reconocer que estas sintiendo algo, que hay un sentimiento en ti tratando de decirte algo, es fundamental que no trates de hacer como que no estas sintiendo nada, que no ignores, niegues, reprimas o evadas al sentimiento ya que cuando haces alguna de estas cosas lo único que va a pasar es que la carga emocional del sentimiento que estés evadiendo se va a hacer cada vez más fuerte. Por el contrario si reconoces que estas sintiendo algo, por ejemplo puedes tal vez reconocer que tienes miedo aunque no sepas de qué, ya que tal vez solamente es el miedo al sentimiento en sí, sin embargo el solo hecho de que reconozcas y nombres a el miedo inmediatamente va a empezar a bajar la carga emocional y esto es lo mismo para cualquier sentimiento, si puedes tal vez darte cuenta que lo que sientes es enojo y lo reconoces y lo nombras, inmediatamente le vas a bajar la carga emocional con el simple hecho de que digas ¡estoy enojado! o ¡tengo miedo! o ¡estoy muy triste!,  etc. La carga emocional baja, si puedes dilo en voz alta y si no, no importa, puede ser en tu pensamiento; lo importante es que lo reconozcas y lo nombres. Si la carga emocional es demasiado fuerte y te abruma demasiado no hagas esto, solo busca la ayuda de un profesional o de alguna persona muy amorosa, sobretodo que no te juzque, y a la que le tengas mucha confianza para que te apoye y ayude.

3. Validar al sentimiento con una aceptación y amor incondicional: después de que reconoces y nombras el sentimiento es momento de validarlo y aceptarlo diciéndote a ti mismo algo así como “sí tengo miedo o sí estoy enojado o triste , y no estoy mal por sentirme así ni nada malo me va a pasar por sentirme así”; “es un hecho que me siento así y lo acepto” o, si manejas el concepto del niño interior, imagínate diciéndole esto a tu niño interior como si fuera un niño real y dile, por ejemplo, “Ah… tienes miedo, no te preocupes no estas mal por sentir miedo, y nada malo te va a pasar por sentirlo. Yo te amo y te acepto siempre, sin importar qué estás sintiendo, no estás solo, ahora yo estoy aquí para ayudarte con esto, y lo superior me va a ayudar a mí para poder ayudarte.”

4. Compasión. La compasión es lo que más va a bajar la carga emocional, y lo que te va a permitir tener compasión por ti y por lo que estas sintiendo es que una vez que lo reconoces, lo válidas y lo aceptas, no lo juzgues… no juzgues lo que estas sintiendo ya que la compasión y el juicio no pueden estar al mismo tiempo, tienes que hacer a un  lado el juicio para que entre la compasión. En este paso puedes decirte a ti mismo con mucha gentileza, consideración y cariño cosas como: “Ah! Ahora ya sé que lo tengo es que estoy sintiéndome triste o con miedo o enojado, y esto es muy difícil para mí, se siente muy feo y me asusta.” O puedes decirle a tu niño interior algo así como: sí mi chiquito, ya sé que tienes miedo o impotencia o que te sientes solo; sé que esto se siente muy fuerte y que es muy doloroso pero yo estoy aquí para ayudarte con tu dolor…” Mientras le dices esto a tu niño, imagínate que estas abrazándolo y conteniéndolo con toda la aceptación y amor por lo que está sintiendo. Aquí puedes abrazar y contener  una almohada o un peluche para representar a tu niño interior. Esta compasión te va ayudar a entrar en la intención de aprender, de aprender qué es lo que puedes estar haciendo o pensando tú ya que esto puede ser lo que está causando este sentimiento, o qué es lo que está pasando en tu exterior y que puede ser  lo que está causando el sentimiento. Esta compasión y nuestra intención de aprender es una de las cosas que más baja las cargas emocionales fuertes y es también lo que nos conecta inmediatamente con lo superior recibiendo así toda su ayuda.

Yo he observado que hacer todo esto ayuda mucho para poder llevar a cabo todo el proceso de Inner Bonding y poder así descubrir la información que nuestros sentimientos nos quieren dar.