Yo Soy Ordenada, El desordenado -- ¿Qué Puedo Hacer?

Cuando conocemos a alguien y nos enamoramos, a  menudo no pensamos cuales pueden ser esas pequeñas diferencias que tenemos, las cuales pueden más tarde convertirse en serios conflictos. Una de esas diferencias que a menudo les ocuuren a mis clientes es orden vs. desorden.

Vanessa, en una de nuestras sesiones de Skype, dijo:

 “Soy una mujer ordenada por naturaleza y mi marido, Derek, es muy desordenado. Constantemente tengo que ir recogiendo por detrás de él  y lo odio. He hablado con él de ello, haciéndole saber que el orden es muy importante para mi y que me pongo de mal humor y me agobio cuando las  cosas están desordenadas, pero no cambia nada. Eso me hace sentir que no le importo, y no sé que hacer.”

 “Vanessa,¿ cuando te diste cuenta por primera vez de lo desordenado que era Derek?”

“Oh, la primera vez que me recogió en  su coche. Su coche era un desastre y su apartamento también. Sé que aquello debía de haber sido una señal de advertencia pero me sentía tan atraida por él y conectamos tan profundamente que imaginé que esto se resolvería.

“¿Así que o bien pensaste que esto no era algo importante o bien que cambiaría?”

“Si. Pero a resultado ser un gran problema y no está cambiando para nada.”

He escuchado esto una y otra vez, no solo sobre el desorden, sino sobre otros temas como la bebida, el consumo de drogas, el fumar, la ira, el retraerse, la falta de afecto, la falta de sexo, el mentir, la comida, el peso y temas de salud, la falta de higiene personal, el dinero y asuntos de deudas, etc. Muchas personas comienzan las relaciones con una gran, a menudo inconsciente, falsa creencia de “Puedo conseguir que esta persona cambie!.

Le digo a la gente una y otra vez, “Tienes lo que ves. Si no estás bien con la forma de ser de la persona ahora, entonces termina la relación antes de sentirte involucrada más profundamente. La persona puede cambiar o no, pero tu no puedes cambiarla. Y es poco probable que cambie a menos que esa persona esté ya en un camino de crecimiento personal y quiera sanar el tema. Si el asunto en cuestión no es percibido por ellos como problema, es poco probable que se produzca ningún cambio, sin importar cuanto problema supone para ti dicho asunto y sin importar cuanto amas a esa persona. Así que, o lo aceptas o lo dejas.

¿Qué pasa si estás manteniendo ya una relación, como Vanessa? Volvamos a su problema de un marido desordenado.

“Vanessa, ¿que pasaría si dejaras de tomarte esto como algo personal? Después de todo, sabías lo que ocurría antes de casarte con Derek, así que realmente no tiene nada que ver contigo. Sé que creías que si os querías lo suficiente, él cambiaría, pero esto no es cierto.”

 “Eso me ayudaría a no sentirme tan poco importante, pero  el problema, que me vuelve loca, seguiría estando ahí. ¿Qué puedo hacer para cuidar de mi misma con su desorden?”.

Le di a Vanessa un par de ideas, que estaban basadas en lo que ella había compartido conmigo durante el tiempo que habíamos trabajado juntas:

• Le podía decir a Derek que si ella recogía algo que él había dejado tirado – en cualquier sitio que no fuera su propio espacio como su oficina – ella lo escondería durante una semana y podía alargarlo si seguía ocurriendo. Podía convertirlo en un juego para ella, disfrutando de buscar sitios para esconder.
• Podía encontrar alguna manera de ganar suficiente dinero para pagar a alguien para que veniera  todos los días a limpiar.
   

La clave es que ambas ideas tienen que ver con lo que Vanessa puede hacer por si misma, en lugar de continuar intantando cambiar a Derek – lo cual nunca va a funcionar. Cada situación va a necesitar un enfoque único y, a  veces, muy creativo.

Vanesa decidió intentar la primera opción, ya que ganar más dinero no era algo que ella pudiera hacer en ese momento. Derek se rió de ella en el momento en que se lo dijo, no creyéndola capaz de hacerlo. Entonces, la primera vez que lo hizo, escondiendo su chaqueta favorita, se puso furioso. Vanessa se  mantuvo firme. Al dia suguiente Derek, la volvió a poner a prueba, dejando los papeles del trabajo esparcidos por toda la mesa. Tragando saliva, ya que sabía que él necesitaba esos papeles, y él sabía que ella lo sabía,  escondió los papeles. Una vez más, él se enfado mucho. 

Desde aquel día, Derek ya no volvió a dejar tirado nada que fuera importante. Vanessa todavía tuvo que esconder calcetines, ropa interior, y otras cosas de vestir, por lo que acabó retirándolas durante un mes. Con el tiempo, Derek echaba de menos su ropa tanto que empezó a recogerla.

Cuidando amorosamente de si misma, en lugar de intentar cambiar a Derek, Vanessa fue capaz de resolver el problema. Incluso si Derek no hubiera empezado a recoger las cosas, Vanessa hubiera estado bien, pues se divertía buscando lugares donde esconder!