¨Estoy consumido por mi ex¨

“¿Cómo puedo dejar de permitir que mi ex consuma mis pensamientos?¨ preguntó Tammy.

“¿Tu ex está consumiendo tus pensamientos, o tu estas consumido con tu ex?” yo le pregunté.

“¿Cuál es la diferencia?” me contestó Tammy.

“La diferencia es que estás haciendo la pregunta de tal manera como para indicar que tu ex está haciendo algo, i.e.: de alguna forma consumiendo tus pensamientos. ¿Pero en realidad tu ex está haciendo algo, o tu estás eligiendo ser consumida por pens*amientos acerca de tu ex?”

“Oh… No, mi ex no está haciendo nada. Simplemente yo no puedo dejar de pensar en él. Cómo puedo dejar de pensar en él?”

“¿Qué es lo que estás pensando?”

“En cosas que decirle para lograr que regrese. En las cosas que me hubieran gustado haber hecho diferente.”

“¿Es factible que haya algo que puedas decir para que él regrese?”

“No. Él ya se ha ido. Yo ya dije todo lo que había que decir. Él ya está con alguien más y ni siquiera quiere hablar conmigo.”

“Así que a través de pensar en qué le puedes decir para lograr que regrese, o en qué hubieras podido hacer diferente, no estás aceptando tu impotencia sobre su decisión, ¿es esto correcto?”

“Yo no lo quiero aceptar.”

“¿Qué estás evitando sentir? ¿Aflicción? ¿Desgarro? ¿Soledad?”

“Sí, todo eso. Yo no creo que pueda manejar el desgarro y la soledad.”

“Tammy, mientras no estés dispuesta a sentir los sentimientos dolorosos de la ruptura, vas a intentar evadirlos a través de obsesionarte con él. Obsesionarte es una manera adictiva de evadir  tus sentimientos. Tú me estás preguntando cómo dejar de estar obsesionada con él, pero hasta que no estés dispuesta a sentir tus auténticos sentimientos dolorosos, lo vas a evadir – y vas a evadir la realidad – con obsesionarte.”

“Pero no creo que pueda manejar esos sentimientos.”

“En este momento, si estás dispuesta, te voy a enseñar como manejar estos sentimientos. ¿Estás dispuesta?”

“Sí, estoy dispuesta a intentar.”

“Okey. Respira hacia tu corazón. ¿Qué estas sintiendo en tu corazón?”

“Mi corazón me duele. Se siente roto.”

“Tammy, encuentra un lugar en tu interior en donde se sienta mucha bondad hacia tu corazón roto. Sé muy gentil, muy compasiva con tu corazón roto. ¿Puedes ser compasiva – bondadosa, cariñosa, gentil y comprensiva en torno a tu corazón roto?”

 “Sí, si puedo.” Tammy empezó a llorar.

“Acoge y abraza tus lágrimas, tu desgarro, con una profunda compasión por ti misma. Deja que el dolor se mueva a través de ti con tus lágrimas.”

Tammy sollozó profundamente alrededor de 5 minutos.

“¿Cómo te estás sintiendo ahora?” le pregunté.

“Mejor. Calmada. Había llorado mucho antes pero de alguna forma esta vez me siento mejor.”

“Esto es porque las otras veces lloraste como víctima, pero esta vez asumiste la responsabilidad por ti misma al ser compasiva con tu desgarro. Lo nombraste, lo reconociste, y lo acogiste y abrazaste con compasión. Esto es lo que le permitió moverse a través de ti.”

“¡Wow! ¡No puedo creer lo mejor que me siento!”

“Bueno, ahora ya sabes como manejar amorosamente tus sentimientos dolorosos. No necesitas evadir tu dolor a través de obsesionarte. Cuando sea que te encuentres obsesionándote, necesitas darte cuenta que estas evadiendo sentir tu desgarro, soledad e impotencia sobre tu ex. Si te mueves a la compasión por estos sentimientos tan difíciles, puedes hacer lo que acabas de hacer – llorar y permitir que se muevan a través de ti. ¿Estás dispuesta a hacer esto en lugar de obsesionarte?”

“¡Sí! Eso no fue para nada tan difícil como pensé que sería. No puedo creer que pasé tanto tiempo obsesionándome.”

“Obsesionarte ha sido la manera en que has tratado de controlar tus sentimientos y de controlar a tu ex. Obviamente eso no funciona, ya que obsesionándote te haces a ti misma muy miserable.”

“Yo no me había dado cuenta que estaba tratando de controlar. Yo no sabía qué otra cosa hacer.”

“Exacto, hasta que aprendemos a manejar nuestros muy dolorosos sentimientos, nos volcamos a varias adicciones para evadirlos. Espero que te acuerdes de hacer esto cada vez que surja el dolor.”

“¡Lo haré!”