Miedo a la intimidad

La intimidad emocional es una de las más maravillosas experiencias que podemos tener. Ninguna otra cosa se le acerca realmente a la experiencia de compartir nuestros más profundos pensamientos y sentimientos con otra persona, de ser profundamente visto y conocido, de compartir amor, pasión, creatividad, risas y dicha. La experiencia de intimidad satisface a nuestra alma y nos libera de nuestra soledad.

¿Entonces, por qué alguien puede tener miedo a la intimidad?

De hecho no es a la intimidad en sí a lo que las personas le temen. Si se les pudiera garantizar a las personas que la intimidad va a continuar siendo una experiencia positiva, no tendrían miedo de ella. A lo que le temen es a la posibilidad de ser lastimados como resultado de intimar con otro.

Los dos miedos debajo del miedo a la intimidad

Mucha gente tiene dos miedos mayores que pueden estar causando que evadan la intimidad: el miedo al rechazo de perder a la otra persona, y el miedo al sofocamiento – de ser invadido, controlado, y perderse a si mismo.

Como muchos de nosotros hemos aprendido a reaccionar a el conflicto con varios comportamientos controladores – enojo, culpar, complacer, retraimiento y resistencia – toda relación nos enfrenta a los problemas de rechazo y sofocamiento. Si una persona se enoja, la otra se puede sentir rechazada o controlada y responder también con enojo, renunciar a sí misma, retraerse o resistirse. Si una persona se desconecta, la otra se puede sentir rechazada y empezar a juzgar, lo que puede disparar los otros miedos de sofocamiento, etc. Estos círculos protectivos existen de una u otra forma en la mayoría de las relaciones. Cuando los miedos de rechazo y sofocamiento se vuelven muy grandes, una persona puede decidir que es demasiado doloroso estar en una relación y evaden la intimidad completamente.

Sin embargo evadir las relaciones te lleva a la soledad y a la falta de crecimiento emocional y espiritual. Si aceptamos este reto, las relaciones nos ofrecen la arena más poderosa para el crecimiento personal. Así que, ¿qué nos mueve más allá del miedo a la intimidad?

Sanando el miedo a la intimidad

El miedo existe, no por la experiencia en sí, sino porque tu no sabes como manejar las situaciones de ser rechazado o controlado. El secreto de moverse más allá del miedo a la intimidad yace en desarrollar una poderosa parte tuya de adulto amoroso que aprenda como no tomar el rechazo como algo personal, y aprenda como establecer límites apropiados contra el sofocamiento.

Cuando aprendes como asumir la responsabilidad personal para definir tu propio valor, en lugar de hacer al amor y a la aprobación de los demás los responsables de tus sentimientos de valía, tu vas a dejar de tomar el rechazo como algo personal. Esto no quiere decir que te vaya a gustar el rechazo – lo que significa es que tu ya no vas a tener miedo de él o sentir la necesidad de evadirlo.

Cuando aprendes como hablar por ti mismo y no le permites a los demás que te invadan, te sofoquen, dominen y controlen, tu ya no vas a tener miedo de perderte a ti mismo en una relación. Mucha gente, aterrorizada de perder a la otra persona, van a renunciar a sí mismas con la esperanza de controlar lo que siente la otra persona hacia ellos. Creen que si complacen las demandas del otro, el otro los va a querer. Sin embargo perderse a uno mismo es aterrorizante, así que por este miedo mucha gente se mantiene fuera de las relaciones. Si aprendieran a definir su propio valor y a hablar por sí mismos, el miedo desaparecería.

El proceso de Inner Bonding esta diseñado para crear un poderoso yo adulto interior, capaz de no tomar el rechazo como algo personal y de establecer límites contra la perdida del yo. Cualquiera puede aprender este proceso de seis pasos y, con práctica, sanar los miedos a la intimidad. A través de practicar el proceso de Inner Bonding, tu vas a aprender a valorar y a apreciar quien eres realmente, y a asumir completamente la responsabilidad por tus propios sentimientos de valía, de ser digno de amor, seguridad, dolor y dicha. Cuando te valoras profundamente, no tomas el rechazo como algo personal y te conviertes en alguien no reactivo ante el rechazo. Cuando te valoras a ti mismo, no vas a renunciar a ti mismo para tratar de controlar lo que los demás sienten por ti. Cuando te valoras a ti mismo, estas dispuesto a perder a la otra persona en lugar de perderte a ti mismo.

¡Empieza a aprender Inner Bonding Ahora! Moviéndote más allá de tus miedos a la intimidad te va a abrir a el crecimiento personal y espiritual profundo que las relaciones pueden proveer, y a la profunda satisfacción y dicha que las relaciones amorosas pueden ofrecer.