Guía de 8 pasos para echar a perder a tus hijos

La mayoría de los padres REALMENTE quieren ser buenos padres. Pero siendo que es raro que los padres tomen clases de crianza antes de convertirse en padres, nosotros inadvertidamente hacemos muchas cosas para echarlos a perder. ¡Este artículo te puede ayudar a ver que es lo que estas haciendo!

1. Ignorar el llanto

El pequeño bebé viene al mundo equipado únicamente con el llanto para hacernos saber cuando algo le esta afectando. Su llanto es el único poder que tiene. Una gran manera de crear inseguridad y un miedo profundo de por vida es ignorar el llanto del bebé, y en su lugar forzar al bebé a que siga tu horario.

2. Control

En lugar de seguir la guía de tu bebé, asegúrate de imponer le a tu bebé o hijo pequeño tus preferencias, tus necesidades, tu voluntad, y tus deseos. Quítale poder al niño ignorando su manera de ser en el mundo e imponle tu forma de ser con tu enojo, desaprobación, y retraimiento. Tu enojo, desaprobación, y el retirarle tu amor funcionan bien para controlar a tu hijo – por lo menos hasta la adolescencia. Después, por supuesto, te vas a enfrentar con la rebeldía.

3. Comida procesada

Asegúrate de planear para tu propia conveniencia en lugar que por la salud de tu hijo. Es mucho más fácil simplemente agarrar un paquete de comida procesada que cocinar comida integral. A tus hijos les va a encantar la comida procesada y se van a volver adictos a ella. Asegúrate de crear una adicción a el azúcar ofreciéndoles dulces como premio. Después, cuando no se puedan concentrar en la escuela y tengan problemas de conducta debido a niveles inestables de azúcar en la sangre, ¡los puedes castigar por su pobre desenvolvimiento y comportamiento!

4. Échalos a perder – no los eches a perder

Asegúrate de echar a perder a tu hijo a través de sustituir cosas por amor. Porque tu estas muy ocupado para estar realmente presente con tus hijos, ofréceles comprarles lo que quieran. Sin embargo, asegúrate de NO echarlos a perder dándoles mucho amor y atención. A través de darles cosas en lugar de una atención amorosa, los puedes entrenar para que sean adictos a las cosas y a la aprobación. A través de no prestarles atención, tu les haces saber que no son valiosos o lo suficientemente dignos de amor para que les des tu atención. De esta manera, ellos van a ser controlados muy fácilmente  por la necesidad de la aprobación de los demás.

5. Quítales la confianza en ellos mismos

Asegúrate de hacerles confiar en que ellos no conocen su propia mente y que no saben lo que quieren o lo que sienten. Después de todo, tu no quieres que sean pensadores independientes. Los pensadores independientes no son fáciles de controlar, ¡y tu definitivamente los quieres tener bajo control! Hazle saber lo estúpidos que son por su inusual manera de pensar.

6. Golpea a tus hijos para disciplinarlos

Golpear a tus hijos para controlarlos y disciplinarlos les hace saber que no pueden esperar ser respetados o tratados bien por los demás. Es una excelente manera de minar su sentido del yo, del ser. Crea confusión a través de decirles que tu solamente los estas lastimando porque los amas.

7. Asústalos con un dios castigador

Asegúrate de que ellos nunca se sientan a salvo ni lo suficientemente seguros para pensar por ellos mismos a través de instalar en ellos el miedo ante un Dios iracundo y castigador. Hazles saber que Dios siempre los esta observando y que se van a ir al infierno si no siguen las reglas. Después, crea más confusión acerca del amor diciéndoles que Dios los ama.

8.  No te hagas responsable de ti mismo

Asegúrate de no ofrecer ningún modelo de responsabilidad personal por tus propios sentimientos, en lugar de eso se una víctima y culpa a los demás.

Si sigues estos 8 pasos, vas a estar haciendo todo lo que puedes hacer para asegurarte que tu hijo no va a saber quien es, y que siempre sea dependiente de la aprobación de los demás para su sentido del yo. Vas a estar haciendo todo lo que puedes para asegurar que tu hijo sea adicto a la comida, alcohol o drogas, o a otras formas de comportamiento adictivo para poderse quitar el dolor del vacío interior.