Hablando con la verdad sin culpar ni juzgar

¿Qué tan seguido estas irritado o enojado, dándote por vencido, discutiendo o debatiendo, enseñando o explicando, o retrayéndote cuando alguien te ha estado tratado mal – dándote ordenes, juzgándote, culpándote, o aventándote sus quejas o negatividad? ¿Qué tan seguido te comportas manera protectiva y controladora cuando alguien sin saber te interrumpe cuando estas tratando de enfocarte en algo o de tener algo listo? ¿Cómo acabas sintiéndote cuando te comportas de alguna de estas formas?

Lo más seguro es que acabes sintiéndote enojado, herido, ansioso, deprimido o anestesiado. Es fácil pensar que estos sentimientos vienen del comportamiento de las demás personas hacia ti, pero este no es el caso. Tus sentimientos de infelicidad vienen de no cuidarte amorosamente a ti mismo.

Por ejemplo, Madison me consultó porque se sentía deprimida. Ella y Andrew habían estado casados por 12 años. Ella amaba a Andrew y sentía que tenían una profunda conexión da alma. Sin embargo, muy a menudo se sentía infeliz cuando estaba con él.

“Andrew puede volverse muy criticón. Tan pronto algo no va a su manera, él tiende a desquitarse conmigo, encontrando alguna forma de culparme por la situación. Si lo interrumpo en algo se molesta demasiado, pero si yo me molesto, aunque sea muy poquito, cuando él me interrumpe, como lo hace muchas veces cuando estamos juntos en las tardes y yo estoy escribiendo en mi diario, entonces él se enoja mucho.”

“¿Por lo general cómo manejas estas situaciones?”, le pregunté yo.

“He tratado diferentes cosas. A veces trato de hacerle ver lo que esta haciendo. A veces solo me quedo en silencio, y a veces trato de calmarlo.”

“¿Cómo te sientes cuando haces estas cosas?”

“Pésimo. Por lo general si digo algo esto solo nos lleva a discutir, y si no digo nada acabo sintiéndome mal. Parece que es algo en lo que nunca puedo ganar.”

“Madison, cuando tu estás escribiendo en tu diario y  Andrew te critica o te interrumpe, cuánto tiempo pasa antes de que te des cuenta que eso te molesta?”

“Me doy cuenta inmediatamente, pero la mayoría de las veces no hago nada al respecto. Creo que tengo la esperanza de que él solo deje de hacerlo si yo no respondo. Pero no entiende la indirecta – el solamente sigue criticándome o hablándome.”

“Entonces para cuando tu dices algo ya estas irritada, ¿no es cierto?”

“Sí.”

“¿Y después el reacciona ante tu irritación?”

“Sí, y se enoja.”

“¿Qué piensas que pasaría si antes de que te irrites, atendieras a tus sentimientos e inmediatamente dijeras algo?”

“Yo creo que eso sería mucho mejor. Las pocas veces que he hecho eso, Andrew ha reaccionado bien. Cuando puedo decir algo como, ‘¿Mi amor, me esperas un segundo? Estoy a la mitad de algo...’, él reacciona bien.”

“¿Qué crees que te detiene para que digas lo que te esta pasando inmediatamente, y así lo puedas decir sin culpar ni juzgar?”

“Creo que no me preocupo lo suficiente por cómo me siento. Yo me doy cuenta inmediatamente cuando algo no me gusta, pero parece que de alguna manera hago menos a mis sentimientos hasta que ya estoy irritada.”

Madison decidió dejar de hacer menos a sus sentimientos y a practicar decir su verdad inmediatamente. Descubrió que cuando dice lo que le pasa inmediatamente, lo puede hacer sin culpar ni juzgar. Las cosas entre ella y Andrew mejoraron dramáticamente. Madison se sorprendió al descubrir que ella había sido igual de criticona que Andrew. Cuando empezó a decir lo que le pasaba desde su yo Adulto amoroso en lugar que desde su ego yo herido, su depresión desapareció.