Dolor estancado, dolor liberado

Todos padecimos dolor durante nuestro crecimiento – proveniente de la soledad, aflicción, impotencia, desvalidez, rechazo, pérdida y sofocamiento. De chiquitos no podíamos manejar estos sentimientos tan fuertes de dolor, así que encontramos diferentes formas para evitar sentirlos, y esto dio como resultado que los almacenáramos en nuestro cuerpo.

Ahora de adultos, estos sentimientos dolorosos se nos disparan cuando los demás nos rechazan o son controladores, o por otros eventos y circunstancias dolorosas. Si continuamos evadiendo sentir nuestros sentimientos dolorosos, puede ser que eventualmente se conviertan en alguna enfermedad, relaciones fallidas, y en más dolor y desgarro.

Cuando nos embarcamos en un proceso de sanación, deseamos sentir esos sentimientos conforme van surgiendo. Sin embargo solamente sentirlos no es suficiente para liberarlos de nuestro cuerpo. También necesitamos querer aprender acerca de cualquier información que puedan tener para nosotros, y necesitamos desear aprender nuevas formas de manejar estos sentimientos dolorosos para que así no los sigamos almacenando en nuestro cuerpo.

Todos los sentimientos almacenados crean bloqueos que cortan el flujo libre del espíritu – del amor, vitalidad, dicha, paz y pasión. El costo de evadir los sentimientos y de no aprender a manejarlos a través de una conexión espiritual, es el adormecimiento y el vacío con el que mucha gente vive, así como la ansiedad y la depresión que resultan por nuestras protecciones o defensas contra el dolor.

Por eso es vital abrirnos al dolor cuando este se dispara – para así aprender de él y concientemente liberarlo de tu cuerpo. Entre más hagas esto, más amor, dicha y paz que es el espíritu llenará tu corazón y tu alma.

Liberar el dolor

Inner Bonding es un proceso ideal para liberar el dolor del pasado y para manejar el dolor del presente. La práctica diaria de aceptar y de aprender de tus sentimientos, de abrirte a tu Guía para recibir la verdad y la acción amorosa y llevar a cabo la acción amorosa, es lo que desarrolla el poder del adulto amoroso. Entre más practiques Inner Bonding cuando tienes sentimientos de dolor no tan fuertes, más fácil va a ser que manejes los sentimientos de dolor verdaderamente grandes que sientes por los eventos dolorosos de la vida. Cada vez que se dispara un sentimiento de dolor profundo, es una oportunidad para moverte hacia él en lugar de alejarte de él –  de abrazarlo con la intención de aprender y después estar dispuesto a entregárselo al espíritu.

Ser capaz de liberar el dolor depende de tu intención, cuando tu intención es aprender y ser amoroso contigo mismo, abrazas el dolor, aprendes de él, y después le pides al espíritu que se lo lleve y lo reemplazas con paz y aceptación. Cuando estas dispuesto a soltarlo, se va a ir. Es tu deseo de liberar cualquier cosa que no sea para tu bien supremo lo que permite que el dolor salga de tu cuerpo.

Estar dispuesto a liberar el dolor es lo opuesto a ser una víctima. Cuando estas siendo víctima es porque vienes de la creencia de que algo externo tiene que cambiar para que tu te sientas mejor – primero una persona o una situación tienen que cambiar para que el dolor que los demás o las circunstancia te causan se te quite. Cuando ésta es tu creencia lo que haces para deshacerte del dolor es tratar de controlar el resultado de las cosas y a los demás. Debido a que eres impotente sobre los demás y sobre el resultado de las cosas, lo único que esto hace es crear más dolor – el dolor de la impotencia y de la frustración  de estar estancado en el dolor.

Cuando estas dispuesto a asumir el 100% de la responsabilidad de aprender de tu dolor, de aprender de la verdad del pasado, de la verdad acerca de la situación y de la persona del presente, y de la verdad de tus propios pensamientos y acciones que puedan estar causando tu dolor – entonces te vas a poder mover hacia la aceptación de cómo son las cosas. Es esta aceptación lo que entonces te va a permitir liberar el dolor.

La dicha, salud y libertad que buscas son el resultado de tener el valor de sentir, de aprender de, y de liberar tu dolor, lo que abre tu corazón, alma y mente al amor, la verdad y dicha del espíritu.