¿Por que no te defiendes?

En mi consulta los clientes a menudo se quejan de las interacciones que tienen con su pareja, amigos, padres o compañeros de trabajo. Cuando les pregunto: “¿Por que no te defendiste?” estás son las respuestas más comunes que me dan:

“ Por mantener la paz”.
“ No quiero jorobar”.
“ No sabía que decir”.
“ Nada cambiaría”
“ El/ella nunca escucha”.
“  Acabaríamos peleándonos”.
“ El/ella dirá que es mi culpa”.

Charlie tiene setenta y pocos años y lleva casado con Esther 43 años. Charlie y Esther se aman mucho pero siempre ha habido un problema en su matrimonio y Charlie finalmente ha decidido pedir ayuda para solucionarlo.

El tema es que Esther a menudo habla a Charlie en un tono severo, humillante, paternalista – diciéndole lo que tiene que hacer. Todos estos años, la manera en la que Charlie ha manejado la situación ha sido acatando – siendo un tipo “simpático” y  trantando de “mantener la paz”. Pero de vez en cuando explota, asustando y lastimando a Esther. Ella le ha preguntado una y otra vez que es lo que le ofende tanto, pero cuando él se lo dice, ella no le escucha y vuelve a comportarse igual. En su mente, él ha estado en una situación de no-ganar. La última explosión hizo que Charlie buscara mi ayuda.

El problema es que Charlie nunca le ha dicho nada a Esther a cerca de su tono en el momento. Cuando decía algo, después de haber ocurrido, Esther no tenía ni idea de lo que le estaba hablando , por lo que ella se explicaba, defendía y lo volvía la situación contra él.

“No sé que decir” decía Charlie.

“Charlie, ¿Como te sientes internamente cuando Esther te habla en un tono severo y humillante?

“Me siento pequeño, rebajado, tal y como me sentía cuando mi padre me criticaba. Me siento como un niño pequeño desamparado. Lo odio. Me hace daño”.

“ Y cuando de repente explotas ¿que es lo que dices?”

“ Le digo que se calle”.

“¿Le dices que se calle por lo que te está diciendo?”

“Si”.

“¿Así que no le dices nada por su tono de voz o por como te sientes?”.

“No, no creo haberle  dicho nunca  nada por su tono de voz”.

“ Charlie, si fueras a decirle algo en el momento, no por lo que está diciendo, sino por cómo lo está diciendo, ¿que le dirias?”.

“Le diría, “tu tono de voz es severo y humillante y me hace daño”.

“Fantástico! ¿Estarías dispuesto a decirle esto mismo a Esther la próxima vez que sea tan dura contigo?”

“Si!”

La semana siguiente, Charlie me contó que él y Esther habían pasado una semana estupenda. El había respondido de la manera en la que habíamos ensayado y estaba sorprendido de como respondió Esther. En lugar de enfadarse, ponerse a la defensiva, explicarse o atacar, dijo “Tienes razón. Lo siento. Gracias por decírmelo”.

Todo este tiempo Charlie estaba seguro de que si se defendía, las cosas empeorarían. Pero, en lugar de eso, descubrió que Esther estaba muy abierta a escuchar cuales eran sus sentimientos y vivencias en el momento, y estaba encantada de que él finalmente se defendiera.

Decir a los demás lo que están haciendo mal, o intentar que dejen de hacer lo que están haciendo generalmente desembocará en un interacción difícil. Pero defenderte con la intención de cuidar amorosamente de ti misma/o te hará sentir mejor, incluso si la otra persona no te escucha. Por lo menos,  te estás escuchando a ti misma/o, y esto es muy importante. Y puede que te sorprenda como responde la otra persona!