¿Necesitas la aprobación de los demás?
By Por Dr. Margaret PaulDecember 31, 2006
¿A menudo te genera ansiedad tu rendimiento en el trabajo y cómo te ven los demás? ¿Dependen tus buenos sentimientos de cómo los demás se sienten respecto a ti? ¿Quién es responsable de tu valía personal, tú o los demás?
"En clase, siempre tengo miedo de levantar la mano y hacer una pregunta."
"Me va bien si estoy con una persona sola, pero tan pronto como me encuentro dentro de un grupo, me entra tanta tensión que apenas puedo soportarlo."
"Me siento totalmente relajada si estoy con mis amigas, pero en cuanto veo a un chico que me gusta, no puedo ser yo misma."
Cada una de estas personas sufre de ansiedad o de estrés porque buscan aprobación y evitan la desaprobación. ¿Qué es lo que se están diciendo a sí mismos y que les genera tanta ansiedad?
"Por Dios, espero no olvidar lo que quiero decir y no ponerme en ridículo."
"El profesor puede pensar que la pregunta que quiero hacer es muy tonta."
"Si digo algo que no está bien, no le gustaré a nadie."
"Más me vale no decir algo totalmente estúpido."
una de estas personas se está diciendo a sí misma cosas que le están creando ansiedad, y debajo de estas declaraciones auto-críticas yace una creencia más profunda:
"Si digo o hago algo estúpido no les gustaré y eso significa que yo no valgo lo suficiente."
La necesidad de aprobación y el miedo a la desaprobación viene de la creencia de que los demás son responsables de tu valía. Si les gustas, vales y si no les gustas, no vales.
Si eres alguien que busca la aprobación de los demás, entonces es que haces a los demás responsables de tu propia valía.
Imagina que tienes un hijo y, en lugar de quererle, no haces más que dárselo a los demás para que estos le definan. No haces más que decirle a este niño "Más te vale hacerlo bien porque si no les gustas, no vales." El resultado sería que el niño se sentiría muy inseguro y poco digno de ser amado porque tú no haces más que dárselo a los demás para su aprobación.
Cuando haces a los demás responsables de tu propia valía, estás haciendo lo mismo a un nivel interno - traicionando a tu propio niño interior. En lugar de definir tu propia valía, estás haciendo a los demás responsables de ella.
Este es un modo muy duro de vivir. Constantemente tienes que intentar imaginarte lo que otra persona quiere de ti para así conseguir aprobación y evitar la desaprobación. Tus buenos y tus malos sentimientos dependen de cómo te ven y cuánto rindes, de manera que tienes que estar constantemente alerta.
¿Y si te responsabilizaras de definir tu propia valía? ¿Cómo te iría haciendo esto?
Uno de los problemas de definir tu propia valía es que puede que estés programado para verte a través de los ojos de tus padres, profesores, hermanos y compañeros. Si mientras crecías te juzgaron, te criticaron, te rechazaron o te ridiculizaron, puede que hayas incorporado las imágenes de los demás a tu propia mente. Así, no puedes definir tu propia valía y capacidad de ser amado/a desde tu yo herido, tu mente egocéntrica programada. Tienes que definirte a través de los ojos del amor, no de los ojos de la crítica.
Empieza imaginándote una parte de ti más mayor y más sabia, o imagina a alguien de tu infancia que realmente te quisiera. Imagina que puedes verte a ti mismo de niño a través de los ojos de esta otra persona o de esa parte mayor de ti. ¿Qué ves? ¿Puedes ver tu inocencia, tu capacidad de amar y ser amado/a, tu sentido de la curiosidad, tu creatividad, tu vida? Ábrete a ver quién eres en esencia tu Yo verdadero.
Si practicaras esto de ver quién eres realmente - no quién eres en tu yo herido programado, sino quién eres en tu Yo esencial - empezarías a valorar tu propia y bella esencia. Conforme valoraras tu esencia, empezarías a tratarte a ti mismo de un modo más amable y amoroso.
Cuando más practiques esto, mejor te sentirás tú mismo y buscarás menos aprobación de los demás. ¡Con el tiempo y la práctica te encontrarás sintiéndote mucho más feliz y en paz!
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By Dr. Margaret Paul