¿Existe alguna forma saludable de ser Cuidador?

Yo fui entrenada por mi mamá y mi abuela para ser cuidadora (del inglés caretaker). El mensaje fue: “Tus sentimientos no son para nada importantes para nosotros. Tú necesitas aprender a ignorar por completo tus sentimientos y en su lugar cuidar de nuestros sentimientos. Como ganancia de esto, nosotros ocasionalmente vamos a darte algo de aprobación por ser una niña buena.”

Yo aprendí bien mi lección. Aprendí a quedarme en mi cabeza en lugar de en mi corazón y alma para que no pudiera darme cuenta de mis sentimientos. Aprendí a estar muy vigilante con respecto a los sentimientos de los demás y a hacer todo lo que pudiera para ser lo que ellos querían que yo fuera. Perdí completamente el contacto conmigo misma.

Por supuesto, cuando me casé seguí cuidando. Me casé con un hombre que estaba acostumbrado a pedir y pedir – muy parecido a mi mamá y a mi abuela. Yo trataba de ganar su aprobación a través de ser lo que él quería que yo fuera – otra vez ignorando mis propios sentimientos. Cada vez que me sentía molesta, creo que era porque él se enojaba conmigo. Porque yo estaba cuidando sus sentimientos, yo creía que él era responsable por mis sentimientos, así que cuando él estaba enojado o se retraía, yo me sentía triste, abandonada y sola. Nunca se me ocurrió que me sentía tan mal por cómo me estaba tratando a mí misma, en lugar de por cómo me trataba él.

Conforme pasaba el tiempo, mi cuerpo reaccionaba al auto-abandono enfermándome. Mi sistema inmunológico se erosionaba por la falta de auto-cuidado, y estoy segura que eventualmente hubiera tenido una enfermedad severa, como cáncer, si la Dra. Erika Chopich y yo no hubiéramos recibido el regalo de Inner Bonding por parte del Espíritu.

Fue entonces cuando empecé a aprender a cuidar amorosamente de mi misma. Realmente fue un shock aprender que mi cuidar, lo que previamente pensaba que era amoroso para mi esposo, mis hijos y otros, era una forma de manipulación para obtener amor y aprobación. Todos esos años que creí haber sido amorosa por ser cuidadora, solamente para descubrir que estaba dando para obtener amor, en lugar de amarme a mí misma y compartir mi amor con los demás.

Mi dar- mi ser cuidadora- siempre tenía un motivo ulterior. El amor real y comprensivo no espera nada a cambio. Son regalos del alma.

Empático/solidario (del inglés caring), Cuidador (del inglés caretaker) y  Cuidar (del inglés caregiver)

Me tomó algunos años entender la diferencia entre ser empática/solidaria y ser cuidadora, y finalmente aprendí que no existe una forma saludable de ser cuidadora. Ser empática/solidaria, que es lo que hacemos por personas que no se pueden cuidar a sí mismas, como bebés y niños pequeños, ancianos o enfermos, es muy amoroso. Pero ser una cuidadora es manipulativo.

El ser cuidadora no solamente no es sano para una relación; no es sano para nosotros. Una y otra vez mis clientes se quejan de dolor de cuello, dolor de espalda, dolor de hombros y varias enfermedades que desaparecen cuando escuchan lo que quieren y sienten, y toman acción en su nombre.

Podemos cuidar amorosamente cuando nos estamos amando y llenándonos hasta el tope de amor nosotros mismos. Cuando nos abandonamos – al ignorar nuestros sentimientos, juzgándonos, volcándonos en varias adicciones para adormecer nuestros sentimientos, y/o haciendo responsables a otros por nuestra seguridad y sentido de valía – creamos un vacío y desolación interior. El hoyo negro interior jala energéticamente a los demás para que llenen con su amor y aprobación. Llenarnos nosotros mismos hasta el tope de amor es un regalo tanto para nosotros mismos como para los demás.