Amor verdadero vs encaprichamiento

En el amor real tú quieres el bien de la otra persona. En el amor romántico, tú quieres a la otra persona. – Margaret Anderson

Yo amo la cita de Margaret Anderson. Sin embargo yo le agregaría que en el amor real tú también quieres tu bien tanto como el de la otra persona. Cuando estás apoyando tu bien supremo y el bien supremo de la otra persona, nunca necesitas poseer a la otra persona. Quieres compartir el amor con la persona que amas, en lugar de obtener amor a través de poseer a la otra persona.

En el amor real no existe nada controlador – éste apoya tu libertad y la de tu pareja. En contraste, el encaprichamiento muy a menudo es celoso y posesivo, viniendo del miedo a la pérdida. El amor que viene del miedo no es amor – es necesidad (del inglés “neediness” ). El encaprichamiento viene de un vacío interior y espera que la otra persona llene ese lugar vacío que viene del auto-abandono.

El amor real del otro viene del amor real del yo o de uno mismo – de conocer y valorar tu verdadero yo para que así puedas conocer y valorar el verdadero yo de la persona que amas. El encaprichamiento viene de proyectar en la otra persona las cualidades que no reconoces en ti mismo. Cuando estas encaprichado, estás viendo a la otra persona a través de los ojos del ego herido de tu auto-abandono.

Más allá del encaprichamiento hacia el amor real

Compartir el amor real con la pareja a la que amas es verdaderamente la experiencia suprema en la vida. Nada se le acerca a la dicha de compartir tu corazón y alma con otro mientras el otro está compartiendo su corazón y alma contigo, y cada uno de ustedes está completamente recibiéndose el uno al otro. Nada es más profundo que estos momentos de compartir amor.

La mayoría de la gente siente la verdad de esto, pero muy a menudo confunden el compartir amor con obtener amor. Mientras que obtener amor te puede hacer sentir bien momentáneamente, es una simple sombra de la dichosa experiencia en el compartir amor.

No puedes compartir lo que no tienes. Si no te estás amando a ti mismo – a través de definir tu propio valor, externando tus pensamientos y comunicando tus necesidades, asumiendo la responsabilidad de aprender de tus sentimientos y de manejarlos, creando seguridad en tus finanzas y relaciones, cuidando a tu cuerpo y manejando bien tu tiempo y entorno – entonces no tienes lleno tu interior con el amor que es el espíritu. Nos llenamos de amor cuando nos estamos amando y valorando a nosotros mismos. Nuestra intención de amarnos a nosotros mismos y de aprender con el espíritu acerca de lo que es amoroso para nosotros mismos, es lo que abre nuestro corazón para ser llenados con el amor que es Dios.

El amor real solamente viene de este lugar interior lleno o completo. Si no nos estamos amando a nosotros mismos, entonces nos estamos abandonando a nosotros mismos, lo que crea un lugar vacío en nuestro interior. El encaprichamiento viene de este lugar vacío y necesitado, y es por esto por lo que no dura.

El amor que perdura es el amor que no está basado en lo que obtienes, sino de la verdadera valoración y apreciación de la esencia de ti mismo y de la otra persona – el verdadero y auténtico Yo. Si no conoces tu verdadero yo, lo más seguro es que no puedas ver el Yo verdadero del otro. Si crees que eres tu ego yo herido, lleno de miedo y falsas creencias y necesitado de ser visto y amado, entonces no has hecho el trabajo interior necesario para descubrir la magnificencia de tu verdadero y auténtico ser.

Si quieres compartir la mejor experiencia de la vida con la persona que amas, entonces primero enfócate en ver, oír y valorar a tu verdadera esencia. El proceso de Inner Bonnding es una poderosa manera de descubrir la belleza y plenitud de tu esencia para que puedas compartir el amor real.